“Yo no podría decir de un hombre, durante su vida, que es digno de alabanza o de reproche; no, no es posible, porque el azar levanta y el azar abate al afortunado y al desafortunado, sin pausa. Nadie puede hacer de adivino porque no hay nada fijo para los mortales”.
Palabras del Mensajero en “Antígona “- Sófocles
La noción de no-directividad es el espíritu (en un sentido hegeliano del término) del enfoque, y los demás conceptos son parte de la organización del sistema teórico que lo sustenta, y le permite corporizarse en un conjunto de ideas y prácticas que denominamos ECP.
La posición de estar centrados en la experiencia de las personas que consultan, sería imposible de formularla sin el previo querer no dirigirlas. La incondicionalidad, empatía y congruencia son instrumentos, dispositivos actitudinales de conducta y acción. Estos y el centramiento en las personas surgen como necesidad, ante el deseo de no dirigir el camino del otro.
La no directividad es, como dijimos, un concepto que define una postura existencial ante los vínculos que establecemos con nuestros semejantes, con la naturaleza cercana, y el cosmos que nos incluye e incluimos como un todo, y como tal es la intención de no influir sobre un otro, acerca de la dirección vital a tomar por este otro. Como tal revela una activa pasividad, o una pasividad activa, en el acompañamiento de cualquier vínculo en que una de las partes solicite que la otra la ayude o acompañe en una búsqueda.
Esta es la propuesta abarcativa del enfoque, más acá y más allá del campo ¨Psi¨, y esto es posible porque ocuparse del funcionamiento psíquico, implica circular espacios intermedios, de frontera, entre la Filosofía y las demás ciencias o disciplinas. Esta idea parte de la creencia de que el todo al cual pertenecemos tiene en sus múltiples expresiones un sentido generativo, negentrópico, que posee su basamento científico en la concepción de Tendencia Formativa.
Este concepto es sustentado, a su vez, por una práctica clínica que revela resultados positivos, empíricamente comprobables desde su propia epistemología.
No directividad, tendencia formativa, incondicionalidad, congruencia o autenticidad, empatía y chequeo de percepciones compartido, son la entrama basal, teniendo al primer concepto como la columna vertebral a partir de la cual se construyen hipótesis posteriores, tanto teóricas como de acción profesional, y es basal en tomarlo en cuenta devela todo lo posterior que el autor fue construyendo. El ECP, como sabemos, ha sido objeto de muchísimas investigaciones, las cuales han permitido determinar que, cuando se cumplen las condiciones emergentes de la posición no directiva, aquellas no siempre necesarias, pero siempre suficientes, los consultantes alcanzan su crecimiento, desarrollo y despliegue personal.
La extraña paradoja de lo no directivo es el tremendo poder de cura que posee, en su aparente no intención de dirigir la acción hacia ello. Para nosotros, en cuanto se disponen los dispositivos que convalidan nuestro enfoque, el resultado esperable, determinado en la mayoría de los casos, es que los consultantes encuentran desde si mismos la solución a sus problemas, en tanto se desarrollan como personas.
Lo curioso es que este modelo es paradojalmente determinista, por cuanto considera con bastante certeza el tránsito de los procesos de ayuda, y aún cuando toma a cada individuo como irrepetible, y respeta cualquier camino que este tome en la búsqueda de sí mismo, se sabe portador de una idea base que ha podido comprobar, la del desarrollo y despliegue personal cuando las condiciones que postulo, lo habilitan.
La no directividad, es una idea de extrema rigidez conceptual, aquella que posee el saber de qué las condiciones facilitantes del ECP promueven una dirección comprobable en la experiencia global de las personas, y esta acontece cuando se sostiene su esencia y se aportan mediadores o dispositivos prácticos que hacen posible el hecho concreto, sea en un proceso terapéutico, o de enseñanza.
El término mediadores, deviene en el sentido Sartreano, aquel que refiere a que siempre hay un hecho material, tangible, que intercede y posibilita cualquier relación, y en caso de lo terapéutico lo “material” seria:
-la escucha presente.
-el marco actitudinal “ecepeista”.
-la conversación personalizante.
-los recursos metodológicos (verbales, imaginarios, corporales, artísticos etc.) que dan cuenta del modelo que denomino Enfoque Holístico Centrado en la Persona.
¿Cuál de las actitudes es la fundamental y propia en su manera de pensarse el ECP, para que la no directividad sea posible? Vimos que la empatía es común a varias líneas de abordaje, indispensable en nuestro enfoque, pero común a muchos otros. Con la incondicionalidad y la autenticidad o congruencia podríamos decir lo mismo.
Sin embargo, y considero que esto es la clave, el marco actitudinal teñido de una previa postura no directiva cobra otra dimensión, en tanto:
-La empatía no es una técnica de creación de clima, como lo es para otros, sino un modo de comprehensión de la experiencia del otro.
-La incondicionalidad, no es solamente aceptar al otro tal cual es, sino estar dispuesto a despojarse del propio esquema valorativo (salirse del ego) y centrarse en el del o los consultantes.
-La Autenticidad y/o Congruencia, no es solamente estar o poseer un estado integrado entre lo que se siente, piensa y se hace, como varias líneas sostienen (principalmente la gestáltica), o confundirlo con la coherencia entre el sentir pensar hacer, sino una acción mucho más profunda, que es la de estar conectado con la propia experiencia o sensación sentida, y desde allí alcanzar la confluencia y acercamiento de la yoicidad a la mismidad (entre lo yoico y lo mísmico).
Vale entonces estas aclaraciones, en tanto nuevamente sostener la suma importancia de una postura: la del no dirigir el proceso del otro, aunque si acompañarlo profesionalmente.
Es desde allí que las actitudes adquieren un perfil que le es propio al ECP, así como el chequeo de percepciones o cualquier otra intervención profesional. Desde esta perspectiva la congruencia es el eje del marco completo de las tres actitudes, porque si se está conectado con la propia mismidad experiencial, en la intención de no encauzar al otro desde la propia posición, el estar en empatía y ser incondicional con el marco interno del otro se entrama en la relación sin dificultad.
Cuando el creador de este modelo se dio cuenta que cuando menos se proponía incidir, influir, determinar, encauzar, dirigir, el proceso terapéutico con sus consultantes, y cuando más confiaba en ellos, estando presente con su total persona, en ellos aparecía la posibilidad de autodirigir su propio camino, y los resultados eran más favorables para los que pedían ayuda, así como más adelante en educación, apostando a la misma posición, el aprendizaje significativo a que aspiraba se lograba. Es todo lo que en esta síntesis puedo exponer, y como cierre recuerdo esta frase que acuñe y que da cuenta de mi postura:
“La no directividad es como caña de bambú, puede doblarse, nunca romperse”.
Sobre el autor
Lic. Andrés Sánchez Bodas
Director de la Primera Escuela Argentina de Counseling (P.E.A.C.)
Director de Holos San Isidro
Creador del Counseling en la República Argentina- 1987
www.holossanchezbodas.com.ar