Para transitar la enfermedad desde otro lugar, desde el lugar del observador, observándonos a nosotros mismos, preguntándonos: ¿Para qué?
Y no sólo por qué, reconociendo la agresión que nos infligimos, primer paso en el proceso de sanación, sanación y no curación pues nuestra mirada va más allá del cuerpo, comprende la mente, las emociones y el Alma y, sanando al alma a través del amor incondicional y del perdón hacia nosotros mismos vivenciando un proceso de real transformación surgirá una apertura y aceptación hacia los demás y hacia la vida totalmente diferente. Desde un nuevo lugar y con una nueva mirada manifestando, liberando nuestra esencia para Ser aquello para lo que hemos sido creados!!
Este nuevo camino no nos librará de más obstáculos o más síntomas o enfermedades, permanecerán muchas veces nuestras lesiones físicas seguramente sin molestarnos ya, pero nos hará más sabios… y es sabio quien va eligiendo el justo medio porque es en el equilibrio de las fuerzas donde se encuentra la Armonía.
Volviéndonos hacia nuestra interioridad y conectándonos con nuestra propia voz, comenzaremos a aprender los mensajes de nuestro cuerpo y de nuestra enfermedad y a descubrir los beneficios que obtenemos de ella:
*Permitirnos recibir atención, cariño, mimos.
*Aflojarnos frente nuestras propias exigencias o la de nuestro entorno.
*Brindarnos un permiso sin culpa, sin remordimiento sin mayores explicaciones… totalmente justificado frente a uno mismo y los demás.
*Reponer nuestra energía en los diferentes planos.
*Darnos tiempo para reflexionar sobre hábitos, conductas o patrones no saludables o beneficiosos y realizar los cambios necesarios.
Y profundizando en nuestro mundo interno escucharemos cada vez más y mejor a nuestro guía natural y encontraremos la fuerza que reside dentro nuestro que nos ayudará a curarnos y a sanarnos.
¡¡¡Confiemos en nuestro poder de sanación!!!
“No eres una criatura humana en una aventura espiritual, sino una criatura espiritual en una aventura humana”
Deepak Chopra
“La enfermedad no es una crueldad o un castigo, sino sólo y únicamente un aviso: es un instrumento del que se sirve nuestra propia alma para mostrarnos nuestros errores, prevenirnos de otros e impedirnos cometer más daños, para devolvernos el camino de la verdad y de la luz, del que nunca deberíamos habernos apartado”
Edward Bach
Sobre la autora
Lic. Claudia Pinazo
nutrirlavida.cp@gmail.com
www.nutrirlavida.com.ar