Recientemente, en el marco de la Ley de Reparación de los Daños de los Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales, el Ministerio de Trabajo incluyó a las várices en las afecciones que deben cubrir las ART, dando margen legal a un problema de salud laboral creciente y serio, que afecta a ambos sexos: Es un error bastante difundido considerar que las várices, como problema que afecta a la salud de las piernas, son casi exclusivo patrimonio de la mujer.
«Las estadísticas nos hablan de una frecuencia de 55% para la mujer y 45% para el hombre, así que, como podemos apreciar, los sexos no están muy lejanos», explica el flebólogo e investigador Dr. Miguel A. Gramajo Booth, creador del método de flebología restaurativa-. «El motivo por el cual en los problemas varicosos importantes no hay mucha diferencia entre los sexos es que estos dependen más del factor genético o hereditario, y tanto hombres como mujeres comparten esa carga genética.»
Las actividades laborales que obligan a estar mucho tiempo de pie como la docencia, guardia o agente en las fuerzas de seguridad o atención en ventas, son factores muy importantes que pueden agravar a hombres o mujeres por igual. También el sedentarismo – común en quienes realizan trabajos de escritorio y oficina, chóferes, operarios de maquinaria, etc. – y la obesidad suben el riesgo.
«La mujer consulta y se trata mucho más frecuentemente que los hombres, las várices tienen un efecto estético indeseable y es lógico que la mujer le de mayor importancia. Pero en este tema se debe considerar que las várices de cierta dimensión constituyen un problema funcional casi siempre originado en fallas valvulares, y no solo un problema estético,» recomienda el especialista. «Como a los hombres la estética en general les importa menos, suelen consultar cuando el problema ha alcanzado un desarrollo importante y produce signos de alarma. En general se trata de sensaciones molestas en las piernas como cansancio, pesadez, calambres, picazón e hinchazón, síntomas de que la circulación de retorno de las piernas está funcionando con dificultad. En casos más avanzados, sobrevienen el dolor, un oscurecimiento en el tercio inferior de la pierna y úlceras.»
Hoy en día, cuando se destaca la importancia de la medicina preventiva y la atención precoz de los problemas de salud como claves de una mejor calidad de vida, se recomienda concurrir al flebólogo ante los primeros síntomas como los mencionados. Detrás de todo esto no hay solo un problema estético.
En cuanto a los tratamientos para aquellos casos en los que ya las várices causan deterioro de la circulación y hay síntomas, hoy en día ya no es necesario llegar a cirugías de largos postoperatorios o a tratamientos esclerosantes que deben anular la función de la vena enferma. El método más novedoso de tratamiento de várices aún grandes y estado avanzado es la flebología restaurativa, que consiste en inyectar directamente en la luz de la vena una serie de sustancias que devuelven funcionalidad al vaso sanguíneo.
Este tratamiento – explica el Dr. Gramajo Booth – es altamente eficaz y rápido además en los problemas venosos menores: pequeñas várices o varicosidades y las telangiectasias (arañitas) que son de predominio neto femenino en una proporción de 4/1. Dependen más del factor hormonal femenino, y es por eso que el aumento de hormonas ya sea por embarazo o toma de anticonceptivos suelen comenzar o agravar el cuadro.
Sobre el autor
Dr. Miguel Angel Gramajo Booth
Médico Flebólogo
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