in

La enfermedad y su tratamiento

Según las épocas, la explicación es mágica, religiosa y más adelante atribuyéndolas a gérmenes, virus, etc. Actualmente se sabe que la base última de la enfermedad (de todas las enfermedades) se debe a una desorganización funcional o energética de la materia viva.
Cuando hablamos de materia viva nos referimos a sus componentes más simples que son las células. Los conglomerados de células conforman los distintos tipos de tejidos (piel, huesos, cartílagos, músculos) y aparatos (digestivo, circulatorio, etc.). A su vez las células están formadas por elementos con masa y también como por campos en los que existen distintos tipos de energía. Estos átomos- o sus componentes (partículas subatómicas)- pueden sufrir alteraciones en sus respectivas posiciones espaciales, o pérdida, o sobrecarga de energía dando lugar a lo que habitualmente denominamos disfunción y enfermedad.
Es decir, que toda enfermedad tiene un origen común (trastorno energético) expresándose en formas diferentes según sea el tejido u órgano en el que se produce dicha desorganización. Esta puede desencadenarse por traumatismo, conflictos afectivos, alimentación inadecuada, fallas neurológicas, genéricas o metabólicas, etc. Si el trastorno es energético, el problema se debería encarar desde el punto de vista de la energía. Se sabe que con campos energéticos ultradébiles se puede actuar corrigiendo las desviaciones de partículas subatómicas de los organismos vivos, tal como actúan, salvando las distancias, los mecanismos de retroalimentación en los aparatos electromecánicos que deben mantener un equilibrio funcional correcto, por ejemplo las variaciones de temperatura interna hacen que una heladera se ponga en marcha o deje de funcionar cuando sea necesario.
Desde hace años se utiliza un sistema que se basa en la teoría de los Campos Ultradébiles y los principios de la Física Cuántica, que actúa sobre las posiciones espaciales de los átomos y/o sus partículas subatómicas en las intrínsecamente sanas y que se han visto alteradas por diferentes causas, el correcto equipamiento consiste en un aparato cuyos sensores, emisores de campos, corrigen las desviaciones a las que nos hemos referido, al ubicar al paciente en el espacio donde opera. El equipo es alimentado con batería, no generando radiaciones perniciosas. Durante su uso, habitualmente en aplicaciones semanales, pudiendo efectuarse con más frecuencia según el caso clínico, se nota que la recuperación del paciente es gradual, comenzando con el reconocimiento de su propio cuerpo y sus dolencias, el control de los síntomas, la sensación de bienestar general, acompañado con modificaciones sensibles de nervios, tejidos, vasos, cartílagos, estructuras óseas, etc. Mejora en general el sistema inmunológico y la calidad de vida, en relación a una mayor armonía consigo mismo y con el entorno, permitiendo una mejor adaptación al cotidiano vivir.
*En la esfera psicológica pueden: tratarse la depresión, el insomnio, la angustia, la ansiedad, el stress, etc.
*En el área orgánica: reuma, artrosis, contracturas musculares, osteoporosis, hipertensión arterial, trastornos circulatorios, úlceras, trastornos menstruales y de la menopausia, asma y alergias en general, sobrepeso, aumento del colesterol, etc.
Pudiendo aplicarse a pacientes de cualquier edad.
Sobre el autor
Dr. Néstor Conte
Médico
M.N. 28.476
Para más información o contactarse con el Dr. Conte: info@todosaludonline.com.ar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Geoterapia

¿“El amor lo puede todo”?