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Sanar, nos lleva a la idea, que uno estuvo enfermo

Lo ideal es trabajar, desde la prevención, reeducarnos para que estar sanos, y lograr, que este sea un estado permanente de conciencia. Conceptualicemos entonces la palabra estar sanos.
Un estado logrado a través de disciplinas, incorporación de hábitos saludables, resultante de replantearse, la calidad de vida que llevamos.
Sucede, que las tradiciones, la herencia cultural de la alimentación han contribuido a aferrarnos y a no soltar aquello que nos hace mal, pero nos gusta.
Por ejemplo: en las fiestas, en las vacaciones, en las reuniones, se ha convertido a la alimentación en un medio de festejo, o un agente integrador. Lo que ha llevado a ser una cuestión de satisfacción y de complacer a otros. Olvidando que se puede transformar en algo nocivo a nuestra salud, si no estamos bien informados.
En cuanto a los excesos. Mucha azúcar, mucha sal, muy picante, y las cantidades que ingerimos, y en las horas que pasamos sin comer, como el picoteo constante por ansiedad .entre otras cosas es a lo que me refiero.
Poco conscientes somos que debemos cuidar, nuestro cuerpo físico, el único vehículo de nuestra existencia.
Educarnos en cuanto alimentación, ayudará su vez a contribuir ,a un buen tratamiento médico.
Podemos estar perfectamente diagnosticados por un profesional competente, que si no acompañamos sus indicaciones correctamente, dicho tratamiento se hará muy complicado.
Ejemplo: colesterol, diabetes, hipertensión, obesidad.
Nadie dice que es fácil modificar los hábitos repentinamente, pero debemos aprender a reemplazar lo que nos gusta, por cosas que nos hagan bien, y nos hagan sentir mejor .Es cuestión de comprobación.
No es lo mismo la persona que se preocupa por tener diariamente todos los nutrientes que el organismo necesita para su correcto funcionamiento, que el que lleva una dieta basada en grasas, azúcar,etc.
Educarnos en estos aspectos nada tiene que ver el factor económico. Es mera justificación.
Hay instalado un mito que hacer dieta es caro, o da mucho trabajo, y tiempo preparar vegetales, etc. Dado el ritmo en el que vivimos. Muchas horas fuera de casa, sin organizarnos, se come mal y más caro. Hay opciones para todos los casos.
Muchas personas que han empezado a cambiar su manera de alimentarse se les nota rápidamente, un cambio, de actitud, energía, autoestima. Mejoran su imagen, se desintoxican .Y experimentar eso es excepcionalmente bueno. Mejora concentración, estados de ánimo. Son muchos los beneficios.
Comprendamos que una buena salud, no es una cuestión de estética, de imagen, si no también, bienestar y salud psicofísica.
Revaloricemos lo que la madre naturaleza nos da, vegetales, cereales, frutas, semillas….etc. pero también valoremos lo que la ciencia pone a nuestro alcance .Los productos y suplementos) (por ejemplo).Haciéndonos llegar, todo lo que el organismo necesita, en las proporciones, exactas, vitaminas, aminoácidos, minerales, etc.
Pensemos que nuestra salud depende en gran manera de lo que ingerimos.
Sin carencias y sin excesos.
La nutrición celular: abastecimiento de nutrientes que las células del organismo necesitan para obtener energía y mantener su estructura y sus funciones.
Para finalizar, debemos enfocarnos en las causas que han producido los desequilibrios, darnos cuenta que nos ha llevado al estado en que nos encontramos.
La naturaleza y la ciencia harán el resto.
Reflexionemos. Lo importante es tu decisión.
Se ha comprobado, que “21 días necesita el cerebro para incorporar nuevos hábitos…por eso te invito al desafío 21 días para cambiar.
Es como volver a la escuela, pero no a leer ni a escribir, volver a la escuela ,pero esta vez ,de alimentación correcta. Para mejorar y poder transmitir y compartir la experiencia de sentirte mejor.
Trabajemos juntos para lograr, una mejor calidad de vida.
Sobre la autora:
Graciela Romanelli
gracielarom24@gmail.com

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