in

ANIMALES Y HUMANOS

Un camino de evolución conjunta

Tengo una hipótesis relativa al desarrollo evolutivo conjunto entre animales y humanos. Creo que estamos aprendiendo juntos y aprendiendo cruzado. Es como si los animales estuvieran desarrollando una evolución espiritual energética que toma algunas pautas que algunos humanos ya tenemos.

Nosotros estamos aprendiendo la percepción más desarrollada, intuitiva, en silencio, de la realidad multidimensional simultánea que algunos animales ya tienen.

Los animales están ampliando su ancho de banda (la capacidad de percibir en frecuencias cada vez más amplias), por lo cual podemos transmitirles información verbal (y telepáticamente) y ellos captan el campo energético al que eso está invitando. Creo que estamos compartiendo, en una conciencia cada vez más desarrollada, un registro claro de los próximos pasos en nuestro camino de evolución.

Por nuestro lado, el aprendizaje es hacer silencio. Percibir la realidad de manera real, auténtica, sin el filtro del pensamiento, del ego y pudiendo responder de una manera directa y genuina a lo que viene de afuera, aquí y ahora (sin ir al pasado ni al futuro).

Este proceso es paulatino y está cada vez más desarrollado, sobre todo en las familias interespecies que tienen una mayor conexión, porque saben comunicarse multidimensionalmente de una manera clara y precisa. Por eso es tan importante para los humanos aprender a desarrollar la escucha desde el corazón, porque esa escucha permitirá desplegar un puente que facilita el ida y vuelta.

A su vez, en este proceso, los animales están expandiendo su conciencia y su autoconciencia, avanzando juntos en un proceso de evolución que permite experimentar una conexión cada vez más expandida.

NO SE TRATA SOLO DE PURO INSTINTO
Creo que los animales entienden cada vez mejor lo que les proponemos y que su respuesta dejó de ser meramente instintiva. En nuestra vida conjunta, el instinto ya no es lo único presente. El humano fue desarrollando su conciencia en su conexión con la espiritualidad, la naturaleza y su sabiduría, y fue reconociendo a lo largo de su camino evolutivo esta conexión directa a disposición. La especie fue evolucionando, hasta llegar a ser el Homo sapiens –hay quienes dicen que nos estamos convirtiendo en Homo espiritual-. Creo que los animales que viven con nosotros están en un proceso evolutivo similar.

Un gato, un perro ya no actúan solo desde el instinto; los caballos ya no son solo “animales de presa” a quienes asusta la presencia humana. Creo que hay algo más, que permite expandir esa percepción en conexión directa con la quinta dimensión.

Ahora, somos capaces de manifestar precisa y casi inmediatamente lo que está en la intención. Esto requiere un ejercicio de parte de los humanos: reconocer cuándo hay algo de nuestra propia experiencia que está conectado solo con el inconsciente o con el instinto de supervivencia. A veces, ese instinto no solo es de supervivencia sino también (como diría Rogers) una tendencia hacia la evolución y la mejora de sí mismo y de la especie (él la llamó “tendencia actualizante”). Pero es como si llegara directamente a la experiencia, sin atravesar el darse cuenta, por lo cual ocurre algo repentino, que no termina de ser comprendido.

El animal hace algo que a la persona le perturba y mi hipótesis sugiere que eso está indicando el camino necesario para juntar esas dos experiencias aparentemente separadas. Nos acompañamos para expandirnos. Mientras mejor nos entendamos, el proceso es más placentero y oportuno. Lo único que se nos pide es abandonar el ego y la creencia de que los humanos avanzamos solos en la evolución y aceptemos con humildad y con el corazón abierto, este camino conjunto que nos permite sacar hojas del alcaucil para llegar al corazón: lo más tierno, lo más sabroso, lo esencial.

Sobre la autora:
Lic. Verónica Keningstein
Fuente:
www.habloconanimales.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

SABORES

CIMICÍFUGA