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MACROBIÓTICA EN OTOÑO

ADAPTARSE A LOS CAMBIOS DE ALIMENTACIÓN DE CADA ESTACIÓN

La macrobiótica nos ofrece la posibilidad de aprender al arte de adaptar nuestra alimentación y hábitos de vida a nuestra constitución, salud, actividad, sexo, edad y estado emocional. Por otro lado, nos ayuda también a aprender a adaptarnos a los cambios climáticos.

Las estaciones y nuestro ritmo de alimentación están estrechamente relacionados, y es a través del sistema de correspondencias de las cinco transformaciones que proviene de la medicina china, como se trabaja “el arte de la alimentación y la sanación” a través de la observación y la relación con los ritmos de la naturaleza. A través de la observación de las transformaciones que se producen a nivel macrocósmico, se establecen pautas y correspondencias que nos ayudan a saber cómo podemos actuar y transformar nuestro pequeño y propio microcosmos.

CONSEJOS MACROBIÓTICOS BÁSICOS PARA EL OTOÑO

  • Órganos asociados: los pulmones, el intestino grueso y la piel.
  • Sabores: el alimento con un sabor ligeramente picante va a estimular el movimiento, la circulación de la sangre y de la energía. Ayudan a despejar dando salida a las toxinas estancadas de los pulmones, la piel y del intestino grueso. Por un lado, unos toques de este sabor nos van a ayudar a despejar y desobstruir las acumulaciones de moco y por otro, nos van a proporcionar más calor, también necesario con la llegada de los primeros fríos.
  • Alimentos para aportar un toque picante: jengibre, hinojo, nabo, pimienta, canela, clavo, berro, menta, cebolla, cebollino, ajo y albahaca.
  • Utilizar a diario alimentos de color blanco: el arroz integral, la coliflor, el ajo, la cebolla, el puerro, la pera, la manzana, el nabo, el rábano japonés daikon, el almidón de kuzu, la pimienta blanca, los hongos, el pescado blanco, las legumbres blancas etc. Todos ellos ayudan a equilibrarnos y a nutrirnos en otoño.
  • Cocciones: las cocciones más concentradas, con menos agua y con tapa

nos ayudarán a sentirnos más centrados. Los estofados, los salteados largos y las cocciones a presión nos calientan y concentran la energía. Asimismo, una cocina limpia, ordenada y bien organizada junto con una alimentación sencilla y bien definida nos ayudan a sentirnos más acordes al movimiento energético otoñal dotándonos de capacidad de enfocar nuestras vidas hacia aquello que queremos.

  • Los alimentos de raíz ayudan a equilibrar y concentrar la energía: la zanahoria, los rabanitos y los nabos.
  • Los alimentos mucilaginosos ayudan a proteger y regenerar la mucosa pulmonar e intestinal: lino, chía, algas y avena.
  • Infusiones beneficiosas: jengibre, malva
  • Alimentos y hábitos generadores de moco y acumulaciones que van a dificultar un buen estado de salud y de la energía otoñal: conviene evitar lácteos, panificados, dulcificantes extremos, excesos de alimentos crudos, frutas semitropicales y tropicales, alimentos fríos, exceso de carnes, huevo, alimentos refinados, mezclar demasiados alimentos en la misma comida, cenar tarde.
  • Si ayudamos a nuestro organismo con el cambio de estación nos veremos beneficiados siempre en salud.

Para TodoSalud, Vera Alaniz. Fuente: www.conasi.eu

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