La concepción china de que “Hacia dónde la mente va, el Chi va” (“Lo que la Mente hace, el Chi hace”) encuentra aquí un importante fundamento provisto por la fisiología contemporánea. Esto se extiende al milenario arte del Chi Kung o “Cultivo de la propia Energía Vital”, cuya serena coordinación de mente, respiración y movimientos se aplica a revertir no pocos desarreglos orgánicos.
La actividad cerebral se mide usualmente a través del Electroencefalograma (EEG) a manera de ondas y frecuencias leídas en ciclos o Herz. Estas son:
• Ondas Alfa: Entre 7,5 y 12 Herz, con aparición discontínua en los lóbulos occipitales y parietales. Aumentan en los estados de relajación y suma tranquilidad.
• Ondas Theta: Entre 3 y 7,5 Herz. En su valor más alto indican somnolencia, y en el más bajo sueño con actividad onírica.
• Ondas Delta: Por debajo de los 3 Herz. Indican sueño profundo o, en una lectura patológica, estado de coma y zonas dañadas de la corteza cerebral.
En una persona corriente, las Ondas Beta predominarán por sobre todas las demás durante el estado de vigilia, incluso con bajísima actividad Alfa o casi inexistente en las Ondas Theta o Delta. Pero el EEG de un practicante de Chi Kung dedicado, revelará algo bien distinto:
• Las Ondas Alfa se afirman y aparecen sincronizadas en toda la corteza cerebral, y ya no sólo en los lóbulos parietales y occipitales.
• Las Ondas Theta y Delta aparecen en una cantidad inusual para un estado consciente, indicando gran relajación.
Esta sincronía del Cerebro repercute en la inervación del organismo todo, explicando los grandes beneficios alcanzados por los practicantes de Chi Kung.
Sobre el autor
Prof. Alejandro Díaz Manzanelli
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