Lo que hacés por tu salud es importante y afecta todas las facetas de la vida, incluida tu energía física y tu bienestar psicológico. Un mayor bienestar genera un efecto dominó positivo en todos los ámbitos de la vida, tanto personal como profesional.
Así como los líderes invierten en su gente para construir organizaciones más saludables y con mejor desempeño, las personas deben invertir en su bienestar personal para desempeñarse y ser la mejor versión de sí mismos.
“Un mayor bienestar crea un ambiente positivo efecto dominó en todas las áreas de la vida.”
Hacer de tu propio bienestar una prioridad requiere disciplina y consistencia. Pero antes de entrar en materia, detengámonos y hagamos algo simple pero efectivo: tomar un respiro. Bastante literal. Sentate derecho, inhalá por la nariz contando hasta 3, luego exhalá por la boca contando hasta 6. Recuerde respirar profundamente en su abdomen. Hacé esto unas cuantas veces. Y ya estás en tu bienestar. Para ayudar a impulsar el bienestar personal a la parte superior de tu lista de prioridades, aquí hay tres áreas clave que son fácilmente procesables y gratificantes al instante.
1. Centrate en la energía física.
La energía es como tu cuerpo se comunica con vos. Es la base que sustenta las emociones, la cognición y el espíritu. Si la energía es baja, pensá en formas de recargarla. La primera solución obvia para recargar tu energía es dormir. La calidad del sueño es quizás la necesidad más importante para nuestros niveles de energía. Los estudios han demostrado que el sueño permite que nuestros cuerpos se reparen y creen cerebros saludables que nos permitan consolidar recuerdos y procesar información. Para tu bienestar a largo plazo, debes dormir entre 7 y 8 horas para maximizar tu energía física. Aquí hay una pista. Si descubrís que ‘tenés un segundo aire por la noche, entonces esto es adrenalina. No es saludable. Debés volver a la “hora de acostarse” de la vieja escuela y controlar la rutina para evitar que esto suceda.
2. Alto, respira y repetí.
Seamos realistas: la vida es ajetreada, compleja y, en ocasiones, estresante, especialmente cuando te preocupan por los demás. Para reducir inmediatamente tus respuestas bioquímicas respirá. Esta es una forma de meditación. Repetí el ejercicio que hizo al principio cada vez que experimentes sentimientos de agobio, cansancio o momentos de presión. Evitá que la emoción se convierta en estrés. El segundo método para reducir este sentimiento es quemarlo con movimiento o ejercicio. El objetivo aquí no es destruir el estrés, sino aliviarlo, para que pueda estabilizarse más positivo y continuar con el día. Esto no tiene que ser un ejercicio de alta intensidad o tomar horas en tu día. Hacelo sencillo. Podés intentar incorporar el movimiento en tu vida diaria sacando
a pasear a tu perro o practicando algún deporte amistoso o simplemente
salir a caminar.
3. Bienestar psicológico.
Por último, tomá consciencia de tu bienestar psicológico. Esto es cuando nos sentimos bien y tenemos un propósito. Agregá pequeños encuentros con tus amigos a tu vida, es clave para reducir la probabilidad de problemas de salud mental. La comunidad es importante, agregá esa llamada
telefónica adicional o café con un amigo. Prepará una taza de té favorito y
escuchá esa música que tanto te gusta para tomarte esa media hora que
te reconfortará!
Para TodoSalud Vera Alaniz / www.todosaludonline.com.ar