DE LAS TIERRAS ETÍOPES A LA MESA ARGENTINA
El teff (Eragrostis tef) tiene sus raíces en el Cuerno de África, cultivado entre el 4000 y el 1000 a.C. No solo alimentó a la población local, sino que su valor fue tal que incluso los emperadores etíopes lo preferían. Su capacidad para resistir condiciones adversas y su tamaño lo convertían en el alimento ideal para los largos viajes de las caravanas comerciales. Hoy, sin necesidad de viajar por África, este cereal ha llegado a nuestra tierra, ofreciendo una alternativa nutritiva y versátil.
UN PERFIL NUTRICIONAL EXTRAORDINARIO
Lo que hace al teff verdaderamente especial es su impresionante composición nutricional. Aunque se necesitan 150 semillas para igualar el peso de un solo grano de trigo, su valor es inmenso. Es una fuente de proteínas completas y carbohidratos de asimilación lenta, lo que lo convierte en un aliado perfecto para quienes buscan energía sostenida.
Pero sus bondades no terminan ahí. Este grano destaca por:
• Alto contenido en hierro: Ideal para prevenir la anemia y mejorar los niveles de hemoglobina.
• Fuente de calcio: Su contenido supera 17 veces al de otros cereales, contribuyendo a la salud ósea.
• Rico en minerales: Aporta zinc, magnesio, manganeso, cobre y fósforo, esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
• Poder antioxidante: Contiene una combinación única de antioxidantes y compuestos fenólicos que combaten el estrés oxidativo y ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares.
• Además, por sus carbohidratos de lenta absorción, el teff es un excelente regulador de los niveles de glucosa en sangre, lo que lo hace muy recomendable para personas con diabetes.
• Su consumo también es conocido por aumentar la resistencia física, convirtiéndose en un superalimento para deportistas y para cualquiera que busque un refuerzo natural para su organismo.
• Un dato a tener en cuenta: el teff contiene ácido fítico, un antinutriente que se degrada al fermentarlo o remojarlo, mejorando así la absorción de sus minerales.
VERSATILIDAD EN LA COCINA DE TODOS LOS DÍAS
La versatilidad del teff lo hace apto para una gran variedad de preparaciones. En Argentina, donde la panadería y la pastelería son tan importantes, el teff se puede encontrar en productos libres de gluten.
Podemos usarlo en diversas formas:
• En grano: Con una textura similar al mijo, se puede usar para espesar cremas de verduras, hacer un nutritivo “porridge” para el desayuno, o como base para guisos.
• La receta es simple: una taza de teff por tres de agua o leche, se cocina a fuego lento por unos 15-20 minutos.
• Harina de teff: Es ideal para preparar panes, crepes, magdalenas, galletas o masa para pizza, aportando un sabor ligeramente dulce y terroso.
• Copos de teff: Perfectos para papillas, galletas, espolvoreados en ensaladas, o como ingrediente en granolas, mueslis y barritas energéticas caseras.
En su forma más tradicional, los etíopes lo usan para hacer “injera”, un pan plano fermentado. Esta fermentación no solo realza el sabor, sino que también aumenta la disponibilidad de sus nutrientes.
UN FUTURO SOSTENIBLE
El teff no solo es una maravilla nutricional, sino también un ejemplo de sostenibilidad agrícola. Requiere menos agua que otros cereales como el trigo o el maíz y se adapta a condiciones de crecimiento donde otros cultivos fracasarían. Su pequeño tamaño también lo hace ideal para pequeños agricultores con espacios limitados.
En un contexto global donde la búsqueda de alimentos resilientes y nutritivos es clave, el teff se presenta como una opción prometedora. Su cultivo se está expandiendo más allá de África, adaptándose a diferentes climas, lo que lo convierte en un cultivo fuerte frente a los desafíos del cambio climático.
Al igual que otros granos ancestrales como el amaranto o la quinoa, el teff nos recuerda que los alimentos más pequeños a menudo tienen el mayor impacto en nuestra salud y en la sostenibilidad de nuestro sistema alimentario. Este antiguo grano africano no solo nos conecta con una rica historia culinaria, sino que también nos abre una ventana a un futuro alimenticio más saludable y consciente.
EL TEFF EN ARGENTINA:
• Cultivo y producción: En Argentina, se está empezando a cultivar teff, especialmente en la zona núcleo.
• Investigación: Investigadores de universidades públicas y el CONICET están estudiando el teff para optimizar su proceso de germinación y desarrollar productos a partir de él, como panes y otros alimentos.
Investigación de Alejo Oliver para TodoSalud
Fuente: https://www.bioecoactual.com