Todas las construcciones que existen sobre la faz de la tierra son concreciones de aquello que fue diseñado, primeramente, en el interior de la mente.
La mente es la creadora de todas las cosas. La materia por si misma no puede movilizarse voluntariamente y tomar una determinada forma. Jamás ocurre que una taza camine solita o que una lapicera escriba algo, moviéndose por cuenta propia. Si la lapicera del psicógrafo se mueve automáticamente para escribir palabras o para dibujar, no es el instrumento que se mueve por cuenta propia, existiendo un espíritu que lo mueve. El hecho de que las sustancias se distribuyan en las células del organismo de forma que nos proporcionen salud o enfermedad depende, enteramente, de la acción de la mente.
El poder de la mente y el poder de la palabra
La vida del hombre es una parte de la Vida del Gran Universo y la mente del hombre es una parte de la mente del Gran Universo. La fuerza de la mente que creó las estrellas, el Sol y todas las cosas se encuentra alojada en el hombre. Por eso, la mente humana puede crear todas las cosas. El poder de la mente no es mera imaginación ni una teoría abstracta. Es una fuerza real que puede ser comprobada objetivamente. El poder de la mente, principalmente cuando es expresado con fuerte convicción a través de la palabra, produce una espantosa fuerza creadora. Cuando un profeta, un cartomántico o un médico dice con convicción “su destino será así”, realmente ocurre lo que fue dicho. Es obra del poder de la mente que actuó eficientemente a través de la palabra.
El cerebro es el aparato trasmisor de las ondas mentales
La mente, a semejanza de las ondas de la radio, es una onda emitida por la vida. Siendo así, las ondas mentales de la misma frecuencia se sintonizan, se juntan y se materializan, exactamente como ocurre con la radio o la televisión. Por consiguiente, podemos afirmar que las personas, el ambiente, el estado o la situación económica que nos rodean, todo fue atraído por nuestra onda mental. Esta es la razón que explica cómo podemos dominar el destino por medio de nuestra mente. Todo lo que existe en el Universo se origina de la mente. Por lo tanto, a través de las ondas mentales podremos atraerlo y concretarlo. El cerebro es el aparato que nuestra vida utiliza para emitir las ondas de la mente.
Así se comunican las ondas mentales
Aquello que nosotros pensamos es emitido por el cerebro, se dispersa en todas las direcciones y es captado por un receptor de la misma frecuencia. El arte de leer los pensamientos del prójimo se basa, también, en esto. El presentimiento, la primera impresión o la simpatía inexplicable son todas percepciones directas de las ondas mentales, sin pasar por los cinco sentidos.
Las ondas mentales cuando son dirigidas fuertemente hacia una determinada persona serán captadas por ella. Por ejemplo, en el colectivo cuando deseamos que alguna persona sentada del otro lado mire para aquí, mentalizamos intensamente: “mire para aquí, mire para aquí…” y la persona mira realmente. Cuando no nos fijamos realmente en ninguna persona, el pensamiento se va dispersando para todos lados, sin ninguna dirección determinada, fluyendo de cierto modo en las personas que están alrededor, alcanza a las personas de la misma frecuencia mental, atrayéndolas hacia nosotros. Queramos o no, se aglutinan alrededor nuestro las personas y cosas que se sintonizan con nosotros y esto determina nuestro destino.
La atracción de los semejantes es la ley del Universo
“Los semejantes se atraen” o “el semejante atrae el semejante” es una ley que se aplica tanto en el mundo de la mente como en el mundo de las vidas. Si plantamos en la misma tierra un rosal y un clavel, la primera atraerá del suelo los elementos que la convertirán en rosa y el segundo atraerá, del mismo suelo, los elementos que lo constituirán en clavel. Aunque tiremos al cielo una porción de tierra, esta caerá nuevamente y se juntará a la tierra. Los vapores se atraen entre sí y forman la nube. Las aguas se juntan a las aguas y forman un río, un mar. Los pájaros con pájaros, los perros con perros, los mendigos con mendigos, los ricos con los ricos y los especuladores con los especuladores. ¿Qué tipo de semejantes usted desea atraer a su alrededor?. De esto dependerá su destino.
Todo depende de su mente
Las moléculas de los elementos absorbidos de un mismo suelo son organizadas de diversas formas para constituir flores de diferentes formas. La forma como las moléculas serán organizadas para constituir la flor depende del “intelecto” (mente) de la vida interna de cada planta. Lo mismo ocurre con el hombre. Los miembros de una misma familia se alimentan con la misma comida. Pero, la abuela engendra cabellos blancos con la misma sustancia, el abuelo crea una piel resecada, la jovencita obtiene una piel suave y el joven adquiere músculos vigorosos. Todo esto es motivado por e “intelecto” de la vida interna de la persona. Ese “intelecto” de la vida interna es manifestación de la mente. Por lo tanto, nuestro cuerpo es hecho de forma idéntica a aquello que pensamos siempre en la mente.
Engordar, adelgazar o enfermarse, todo depende de su mente.
Para TodoSalud
Vera Alaniz
Fuente:
Invite a la Felicidad, Vol.1,páginas 23 a 27
por Masaharu Taniguchi

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