El mundo laboral de hoy en día nos obliga a realizar muchas comidas fuera de casa, pero comer en el trabajo, en las oficinas, no tiene que ser sinónimo de descuidar nuestra alimentación.
Si logramos darle importancia al horario, a la organización, apuntamos a una mejor selección de alimentos y de comidas más sanas, podremos vernos beneficiados en el estado físico, anímico y manternos en un peso saludable. Muchas veces es difícil disfrutar de una comida saludable a la hora de comer en el trabajo. La oferta de comida en las empresas a veces no es variada y al tener que salir a almorzar a lugares cercanos, se opta por comidas rápidas, de alto valor calórico o escaso valor nutricional (alto contenido de grasas, colesterol, sodio, entre otros) que por costos suelen ser más económicos. Quienes quieren comer «sano» y no caer en la tentación de este tipo de comidas, suelen recurrir al tupper con la típica ensalada o con algo que nos quedo de la cena del día anterior, lo cual acaba siendo aburrido ya que comer siempre lo mismo no resulta atractivo y es así como: se suele almorzar poco y sin ganas, pero al llegar a nuestros hogares comienzan los excesos.
LA ALIMENTACIÓN DEBE ADAPTARSE AL TIPO DE TRABAJO
Es muy diferente lo que necesita comer una persona que realiza tareas que requieren esfuerzo físico, que alguien que trabaja sentado durante muchas horas en una oficina. La variedad de lo que se come, junto con la mesura, el tamaño de las porciones y el control de las cantidades es la clave del éxito.
ALGUNAS RECOMENDACIONES:

  • Planificar el día anterior o con tiempo las comidas de todo el día
  • Llevar al trabajo las colaciones que se consumirán a lo largo del día (yogur, fruta, ensalada de frutas, cereales, etc.), de esta forma podrás evitar el consumo incontrolable del famoso paquete de galletitas arriba del escritorio o de las facturas que siempre están presentes en las oficinas
  • En el horario del almuerzo, si el plan es salir a comer a un restaurant, tratar de elegir un lugar que tenga en el menú alternativas bajas en grasas o alguna versión Light, carnes magras con guarniciones de vegetales, variedad de ensaladas, pero prestar atención cuando elegimos platos Light, porque muchas veces son igualmente altos en calorías.
  • Ir con la idea de lo que vamos a pedir para no tentarnos con lo que podamos llegar a leer en la carta.
  • Tratar de no pedir platos que contengan muchas salsas y para la guarnición, siempre esta la posibilidad de pedir que la cambien por ensalada o vegetales.
  • Si la idea es llevarte el Tupper, se original al momento de armar una ensalada, no tiene que ser la clásica de tomate y lechuga, Usa tu creatividad y hace la combinación que vos prefieras. Podes agregarle pollo, arroz, atún, queso, huevo duro o lo que más te guste. Si vas variando los ingredientes no te vas a aburrir.
  • En el caso de disponer de un horno microondas, podés llevar en un recipiente hermético puré de verduras (zanahoria, calabaza, zapallitos, acelga, etc.) y acompañarlas con un filete de pollo a la plancha o un trozo de carne al horno de la cena de la noche anterior.
  • Comer con calma y después dar un paseo de diez minutos, favorece la digestión, y permite desconectarse para volver a la oficina

¡¡¡Ya ves que comer en el trabajo no es sinónimo de comer mal, solo depende de vos y de tu creatividad!!!
Fuente:
Lic. Ma. Victoria Morero / Lic. Elsa Solano
http://nutrimovimiento.blogspot.com.ar/
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