Todo esto, ¿nos acerca o nos aleja? La tecnología está a nuestro servicio, incluyendo áreas tan sensibles e íntimas como la sexualidad. Cada vez hay más dispositivos tecnológicos a nuestra disposición para crear y recrear espacios de conexión.

Él le dio un suave beso en los labios después de haberla besado apasionadamente. Ella se subió en el taxi, sonriendo y a los 45 segundos sonó el mensaje de texto de su celular. El mensaje decía: “ya te extraño, bombonazo”. El efecto fue profundamente humectante y provocador de una indeleble sonrisa. Ella se sentía una reina, dispuesta a ser hábilmente cortejada. Y a responder a sus avances.

Antes, durante o después del encuentro real

La tecnología es, o podría ser, un elemento facilitador de los encuentros. A veces se usa antes del encuentro con otra persona, como forma de establecer el contacto inicial (hay personas que se conocen por internet, vía chat, vía telefónica o a través de servicios de mensajes de texto). En algunas ocasiones estos contactos iniciales se dan directamente en el ámbito sexual (sobre todo entre los/as adolescentes), donde se envían desde palabras hasta imágenes provocativas. En estos casos, la tecnología es una herramienta de acercamiento.

Sería extraño, aunque no imposible, hablar del uso de la tecnología “durante” el encuentro en carne y hueso. Sin embargo, todo puede suceder. Podríamos hablar de un durante cuando en una relación establecida los dos miembros de la pareja usan la tecnología para ir “pre-calentando” el ambiente para el encuentro posterior. Por ejemplo, en una reunión (en la que están, o no, ambos presentes) mandarse mensajes de texto diciéndose cosas calientes, delante de otras personas, manteniendo la complicidad y lo excitante de saber algo en intimidad sin que otros se enteren. El después, se puede usar para mantener el interés en la relación, haciéndole saber a la otra persona que el encuentro fue agradable y repetible.

Desinhibiciones

Parecería que hubiera cada vez menos inhibiciones relativas al sexo, tanto se habla y se muestra. Pero es posible que sólo sean apariencias y sigamos siendo tímidos y miedosos a la hora de expresarnos sexualmente. Muchas veces, un “intermediario” tecnológico ayuda a disolver esas inhibiciones. Mirarse a los ojos puede ser simultáneamente una experiencia de conexión y también una situación aterradora para quienes no están acostumbrados al contacto humano profundo. ¿Por qué nos animamos más a expresar fantasías y deseos por mensaje de texto o chat que personalmente o por teléfono? “Conocerse” a través de mails, chats o mensajes de texto, ir haciéndolo de a poco mostrando nuestras partes atrevidas y desafiantes a nivel erótico es una manera de romper el hielo. Quizás decir algo erótico a otra persona podría resultar atemorizante (quizás por el miedo al rechazo, al ridículo o cualquier otro, real o imaginado, a lo que la otra persona pueda sentir o pensar). Pero decirlo con palabras en una pantalla puede quitar presión al asunto. Da el tiempo a que la otra persona responda sin tener que mirarla ni sentir su energía.

La presencia de alguien nos modifica (y viceversa). Cuando estamos con otra persona se genera un nuevo espacio creado por ambos. Yo soy yo y tú eres tú, pero soy alguien distinto cuando estoy contigo, “soy contigo”. Si eso no sucede, si no le prestamos atención a eso, no nos relacionamos con alguien, sino con la idea que tenemos de alguien. Ese es uno de los riesgos de la comunicación exclusivamente tecnológica.

¿Beneficio, dilatación o falsas expectativas?

Cabría preguntarse si esta forma de comunicarse sexualmente beneficia los encuentros, los dilata o crea falsas expectativas. Los encuentros se producen entre dos personas reales, con experiencias, expectativas, sentimientos, necesidades, deseos y fantasías. Un encuentro iniciado tecnológicamente tiene sentido cuando:
•Favorece el encuentro personal si hay algún punto de unión
•Permite conocerse sexualmente.
•Sirve como estímulo, pre-calentamiento o como mantenimiento de una relación.
•Abre opciones distintas a las conocidas.
•Complementa la comunicación a distancia con las conductas reales.

Sexo a través de internet con cámaras, juguetes y otros accesorios

Otra asociación de la tecnología con la sexualidad se da en el “cibersexo”, que consiste en una conversación de carácter erótico (o pornográfico), utilizando la video conferencia, una cámara web, el chat o el teléfono. Es una alternativa “express” (es relativamente fácil encontrar un partner en cualquier sala de chat destinada a ello), cómoda (no hay que salir de casa), segura (no se corren riesgos de enfermedades de transmisión sexual) y sin compromisos (no son necesarios los compromisos emocionales posteriores). Si lo que se quiere es una “relación” con esas características, parece ser una buena opción. Otra cosa es el encuentro completo entre dos seres humanos. Pero ese es tema de otro artículo.

Características de la comunicación tecnológica efectiva

•Usa la gramática correcta. Los mensajes con faltas de ortografía, gramática o llenos de abreviaturas no resultan seductores.
•Es provocadora, pero sutil. Deben despertar la imaginación y el deseo, pero sin ser bruscos, violentos ni chabacanos.
•No se comunica sólo de esa manera. Sólo es funcional cuando es parte de la comunicación y no la única. Si no nos comunicamos personalmente, siempre faltará algo en la relación. 

Sobre la autora
Lic. Verónica Kenigstein
Facilitadora de procesos de transformación transpersonal, terapeuta de parejas, sexóloga e instructora de Tantra. Autora del libro Sexos Encontrados, cómo mejorar tu vida amorosa (Gran Aldea Editores). Directora de Senderos del Placer.

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