“…porque veo al final de mi largo camino que yo fui el arquitecto de mi propio destino, que si extraje las hieles o la miel de las cosas fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas. Cuando planté rosales coseché siempre rosas.”
Amado Nervo
El diccionario de la Real Academia presenta a los dos conceptos (ancianidad y vejez) como sinónimos, pero ofrece algunos ejemplos sutiles que llevan a la reflexión. Lo obvio es, en este caso, también significativo: Anciano (letra A) figura al comienzo y Viejo (letra V) al final. La palabra “anciano” deriva de “ante”, y ya se utilizaba a mediados del siglo XIII; otros sinónimos que aparecen son “patriarca” y “abuelo”, los cuales transmiten en sí mismos una sensación de ancianidad sabia y respetable. Por su parte, la palabra “viejo” ostenta también algunos sinónimos tales como “deslucido” y “estropeado por el uso”, que hacen innecesario agregar comentario alguno.
Etimológicamente deriva del vocablo “vetus”, y su evolución fue la siguiente:
-En el siglo XVII veterano
-En el siglo XIX, veterinario (El significado tenía relación con las “bestias de carga”, es decir, animales viejos, impropios para montar y que necesitan de un veterinario más que los demás).
-En el siglo XIX, vetusto (muy viejo)
De tal modo, si aplicamos estas reflexiones a la biografía, debe hacerse una diferenciación sustancial cuando un ser humano deviene viejo o anciano. Vamos a desarrollar los dos estados arquetípicos: ancianidad y vejez. Observando el siguiente cuadro, surge con claridad la diferencia radical entre ambos arquetipos.
En cuanto a la vejez:
-Golpea con fuerza la conciencia de la madurez de quien la observa.
-La decrepitud, el deterioro de la forma y la desconexión con la realidad circundante se presentan ante nosotros como una pésima caricatura de lo que fue.
-El automatismo semiconsciente, el malhumor y un monótono parloteo estimulan la necesidad de ignorar la presencia del “viejo”.
-La debilidad del que grita y golpea se hace realidad ante nosotros.
-El viejo vive sumido en el egoísmo y la desconfianza.
-Tiene muchos miedos, le teme a la muerte.
-No existe la propia responsabilidad, la culpa siempre es ajena.
-Celebra su cumpleaños, o sea la cantidad de años vividos, y no sabe porqué.
-Vegeta, vive biológicamente.
-El destino es un geriátrico, al que le teme.
-La esclerosis de los órganos de los sentidos lo aísla cada vez más del mundo.
-Vive preso del cuerpo y de la vida.
-El espíritu se ha desconectado del cuerpo físico.
-Es su MUERTE.
En cuanto a la ancianidad:
-La imagen del anciano está unida a la sabiduría y el respeto; dos altos valores que hablan de la dignidad humana.
-La sensación de transitoriedad que deja traslucir ahora su vida, le brinda algo positivo: una conciencia cada vez más clara de lo que le pasa, de lo que es eterno. Sabiduría es aquello que surge cuando lo absoluto y lo eterno se manifiestan en la conciencia finita y transitoria arrojando luz sobre la vida.
-Su fortaleza interior le permite callar y escuchar. El anciano aprendió a escuchar y sabe cuando debe hablar.
-Cuando habla, su discurso siempre denota una cosmovisión del mundo.
-La reflexión, la prudencia y la oportunidad son sus características.
-Sabe perdonar y agradecer.
-Asume la responsabilidad de sus propios actos.
-Aprendió a confiar, y no teme que lo engañen.
-No tiene miedos.
-No le teme a la muerte, la aguarda.
-Acepta su destino y no tiene exigencias; podría vivir en un geriátrico pero nadie quiere privarse de su compañía.
-Su cuerpo envejece armoniosamente, la esclerosis del cuerpo físico es soportada con nobleza; eso le otorga lozanía.
-Celebra el día de su aniversario (birthday) recordando el momento y la época en que llegó al mundo. Celebra la cualidad que posee dicha fecha en relación con su existencia.
-El espíritu sigue expresándose a través de ese cuerpo físico que envejece, expandiendo la luminosidad del Ser.
-Vive en sí mismo la libertad plena de su alma y de su espíritu.
-Es su RENACIMIENTO.
Características Generales
Hemos hablado de la polaridad arquetípica ancianidad-vejez; sabemos que, como en toda división de lo humano en categorías, nadie se encuentra totalmente involucrado en una sola de tales polaridades. Es raro que la realidad individual sea blanca o negra; en general, es gris claro o gris oscuro. El proceso siempre es gris y se puede dirigir hacia la luz o hacia la oscuridad. Por otra parte, lo expuesto, más que una descripción de lo existente es un alerta para quienes nos acercamos a esas etapas. Es ésta una semblanza espiritual de la vida después de los 63 años. Por entonces deben existir objetivos de vida.
Sobre el autor
Dr. Roberto Crottogini
Extractado del libro “La Tierra como Escuela”.
El Dr. Crottogini se graduó de médico hace 41 años. Fue pediatra, docente universitario, psicoterapeuta infantil y familiar y terapeuta corporal. En 1979 toma conocimiento de la antroposofía y a partir de entonces se dedica a profundizar sus contenidos. Actualmente preside la Asociación Argentina de Medicina Antroposófica y el Proyecto Hermes, Centro de Docencia, Asistencia e Investigación Antroposófica.
Para más información:
robertocrottogini@ciudad.com.ar
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