Lo que se conoce como adictos al trabajo -en inglés- «workaholics» designa a aquellas personas que de forma gradual se van aferrando a una necesidad compulsiva e incontrolable de trabajar constantemente.
Por supuesto que no toda dedicación aplicada a lo laboral es adicción, pero esta forma de relacionarse con el trabajo es difícil de identificar para la persona que la padece. Es muy frecuente que la primera reacción sea la negación y la justificación. Además, cuenta con la «aprobación social». Entre las justificaciones predilectas, esta oculta la idea de que «su labor profesional les exige estar a la altura». Muchas veces son personas incapaces de delegar tareas, no saben poner límites (tampoco decir que no), a veces tienen problemas para organizarse, son extremadamente perfeccionistas, se sienten incómodos si no dedican largas horas a mejorar lo que ya hicieron bien. Aclarando que aquí de ninguna manera ubicamos a quienes alargan su jornada laboral para no regresar a su vida particular, a quienes se evaden poniendo como excusa lo laboral. Lo cierto es que los adictos al trabajo son personas que comienzan a desconectarse de lo propio, de su pareja, de su familia, de sus amigos, de sus hobbies, e incluso llegan a transformar todas sus acciones en obligaciones. Al densificarse y cronificarse esta tendencia tienden al aislamiento, se quejan del cansancio y muchas veces de dolores frecuentes, engordan o adelgazan según sea su tendencia, degradando su salud en una larga lista de etc. Afortunadamente el sistema floral de Bach ofrece solución a estas personas. De hecho, los resultados son percibidos con bastante rapidez por quienes recurren a la terapia vibracional a través de uso de esencias florales y gemas. La vida y la salud requieren el Arte de integrar ambos polos: lo particular y lo laboral. Quien está en ese equilibrio es quien goza de buena salud. ¡Hay un gran abanico de posibilidades a tu disposición en materia Floral para comprobarlo!
Sobre la autora
Ana Carina Hagi
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