Existen varias razones por las que una persona decide hacerse vegetariana
Las más habituales son: una mayor consciencia de la problemática medio ambiental, la decisión de evitar la muerte y el sufrimiento de los animales, más el deseo de llevar una alimentación más saludable.
Cualquiera sea el motivo por el que elijas comenzar este estilo alimentario, existen algunas pautas que debes considerar:
*La primera y fundamental es tomar conocimiento sobre el cambio alimentario que vas a realizar desde el punto de vista nutricional.
Es muy importante conocer los distintos nutrientes que abandonarás y los nuevos alimentos con los que deberías reemplazarlos.
Si bien la alimentación vegetariana no es más complicada ni más costosa que la tradicional, sí es distinta, e impone nuevas formas de cocinar y nuevos alimentos.
Debes conocer todo esto antes de suspender los alimentos a los que estabas acostumbrado.
*La segunda pauta es la organización.
Una vez conocemos todo lo importante en esta nueva alimentación, debemos llevarlo a la práctica.
También aquí encontrarás nuevos hábitos que hay que construir, y esto puede llevar un tiempo de adaptación, que llamamos transición.
No todas las personas pueden cambiar su estilo alimentario al 100% de un día para el otro.
A veces el proceso toma un tiempo para adecuarse a cada característica personal.
Algunas sugerencias que pueden ayudarte en estos primeros pasos a este fascinante estilo vegetal son:
Busca ayuda
Existen excelentes profesionales que pueden orientarte e informarte en forma completa y actualizada.
Hoy día una gran cantidad de médicos y licenciados en nutrición se encuentran al día con este tema y una primera consulta puede despejarte muchas dudas.
Investiga
También existe hoy día información de buena calidad en libros, revistas y dentro de las redes.
Confirma siempre que la persona que escribe sea un profesional en la materia, para evitar información que sea poco segura.
Puedes hacer una lista con todo lo que surja de tu investigación y llevarla a la consulta con tu profesional de cabecera.
Busca reemplazos de alimentos
Debes reemplazar los alimentos que comías, por otros que tengan los mismos nutrientes.
En el caso de la carne, ella contiene principalmente:
Proteínas, hierro, grasas y vitamina B12.
Debes encontrar alimentos con esos nutrientes que te gusten y puedas incorporar a tu vida diaria con frecuencia.
Las proteínas se encuentran en muchos vegetales, principalmente en las legumbres y dentro de ellas en los productos de la soja.
También las encontrarás en los frutos secos, las semillas, las algas y los cereales integrales.
Conocer las técnicas de cocción ayudará a que aproveches al máximo sus nutrientes.
En el reino vegetal hay excelentes fuentes de hierro, como vegetales de hoja bien verde, avena, maní, pasas y otras frutas desecadas y-una vez más-las legumbres.
También hay varios trucos para lograr niveles óptimos de hierro, como por ejemplo el combinar los alimentos con otros que tengan vitamina C.
En cuanto a las grasas, uno de los beneficios de la alimentación vegetariana es la casi ausencia de las grasas saturadas que abundan en las carnes, sobre todo las rojas y las hacen responsables de los problemas de salud más graves de la actualidad: hipertensión, obesidad, colesterol elevado, infartos de miocardio, etc.
El disminuir su consumo es realmente un beneficio y sólo debes conocer y aprender a usar fuentes vegetales de grasa saludable, como los distintos aceites, la palta, semillas o frutos secos.
La vitamina B12 es un tema clave dentro del vegetarianismo.
Su única fuente segura es la animal y sobre todo la carne.
Existe en derivados como lácteos y huevos, pero en baja cantidad, de modo que se torna difícil completar el requerimiento diario.
Por esta razón, se indica hoy día la suplementación con vitamina B12 a los pacientes vegetarianos, para evitar el riesgo de entrar en déficit con el transcurso del tiempo.
Consulta a tu profesional por las distintas opciones para suplementarte.
Organiza tu compra y tu menú semanal
En base a todo lo anterior, es bueno tener una nueva lista de compras para no olvidar ningún nuevo alimento importante.
El contar con un tiempo en la semana para comprar, clasificar y preparar alimentos te será de mucha utilidad.
Ya sea que los prepares en forma personal como si ya compras comidas hechas, la organización es clave.
No siempre contarás con comidas completas en el lugar adonde trabajes, estudies o vayas de viaje.
Tener porciones en tu freezer que puedas usar en momentos de apuro y una idea de qué puedes comer cuando llegas tarde a casa, te aliviará mucho en tu semana.
Cocinar legumbres, hacer o comprar hamburguesas vegetales y freezarlas, tener pastas untables como el hummus o la pasta de maní, preparar alguna tarta colorida y separarla en porciones, son algunas ideas que te solucionarán el trajín cotidiano.
Respetar tus tiempos y valorar tu esfuerzo
Como ves, el cambio de alimentación implica varios puntos de conocimiento, acciones y hábitos. Por lo tanto, date tu tiempo para asimilarlos y poder llevarlos a la práctica. Reconoce el valor de todo lo que ya lograste y perdona las imperfecciones que tu plan puede tener al principio.
A veces resultará difícil, a veces tal vez vuelvas a comer algo que habías decidido no hacer. Todo lleva su tiempo. Lo que estás haciendo cambia vidas. La tuya y las de tu entorno. Valórate por esto. Poco a poco, lo nuevo se transformará en hábito. De seguro lo lograrás.
Sobre la autora:
Dra.Margarita González
Nutricionista
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