Un sistema de tratamiento integral, que atiende las enfermedades del cuerpo y su enlace con los procesos emocionales que podrían estar relacionados con el sufrimiento físico.
Las experiencias dolorosas de la vida, las aspiraciones insatisfechas, los cambios y muchos factores estresantes pueden ser la causa subyacente a todo tipo de enfermedades. Sólo atendiendo al ser en su totalidad, cuerpo, mente y espíritu, podremos corregir totalmente el desorden celular que originó la enfermedad.
A continuación, describiremos lo básico de esta terapia:
El paciente se recuesta sobre una cama especial, sobre un cierto número de imanes, que al unirse generan diferentes niveles de vibración. Los magnetos se aplican en positivo o negativo, de acuerdo con la finalidad de la terapia. Un porcentaje de personas tienen su polaridad norte-sur invertida, lo cual genera una disminución de la capacidad eléctrica de sus cuerpos. Los tejidos vivos, al igual que los cristales (cuarzo, silicio y otros), son materiales piezoeléctricos. Cuando es sometido a golpes o caídas, altas vibraciones, campos eléctricos o magnéticos, campos de energía estática y demás, pueden cambiar su carga eléctrica interna en un sentido o en el opuesto. La aplicación de imanes regulariza los impulsos nerviosos. Las caídas y golpes sufridos en alguna etapa de la vida, pueden estar produciendo consecuencias en el presente y por tal motivo, en consultorio, se realiza una historia clínica que incluye los detalles de tales traumatismos. Las cicatrices de todo tipo y el estilo de vida del individuo, también afectan al campo de energía de una persona.
Durante la sesión, se genera una vibración producida por los imanes de la camilla que se han colocado previamente, siguiendo protocolos que se han elegido de acuerdo a cada caso particular. En principio, se trata de una experiencia relajante, se alivia el dolor en forma inmediata y además induce a que las células de los tejidos dañados cambien su tono eléctrico. La aplicación de imanes regulariza los impulsos nerviosos, normalizando la electricidad biológica y regularizando las ondas cerebrales.
Los mensajes dolorosos “se desconvierten” y ayudan al cambio de la historia dolorosa que se ha grabado en tiempos anteriores. Se trata de imprimir al campo molecular del enfermo, una nueva información saludable basada en el orden de sus moléculas.
En lenguaje cibernético, sería realizar un cambio en la información del disco duro de la computadora (ordenador) cuando instalamos un programa anti-virus que borra los archivos defectuosos y mejora el funcionamiento de todo el sistema.
Las células pueden considerarse como «discos duros», que almacenan información correcta o errónea. Las moléculas son las trasportadoras de dicha información, serían como la memoria denominada Ram. Estas moléculas viajan por la sangre, portadoras de los nuevos “códigos” de funcionamiento saludable y llegan al cerebro. Allí, los pequeños lectores de moléculas -neuroreceptores- interpretan esa información y generan impulsos hormonales que distribuyen la nueva programación a todo el organismo. Se produce un reordenamiento de la estructura molecular interna y se inician los procesos de alivio y eliminación de las enfermedades causadas por el antiguo programa celular defectuoso.
Se ha comprobado que tanto en el cáncer, la demencia senil y el Mal de Parkinson (en sus primeras etapas) pueden ser tratados con resultados positivos. La migraña, jaqueca, rinitis, sinusitis, artritis, depresión (tristeza, melancolía, ansiedad, angustia), asma, cardiopatía, problemas estomacales, miomas, y otros más, pueden hallar la solución al producirse el cambio de la programación celular.
Estamos en la Era del Potencial Humano, un tiempo en el cual la atención personalizada del enfermo es lo más importante. El tratamiento enfocado en la persona, como individuo único y especial, es un derecho adquirido.
Sobre la autora:
Graciela Pérez Martínez
Fundadora del Círculo Azul Camet
www.terapiabiomagnetica.com.ar