Si te tomás en serio estar a pleno con un buen comer, ganar músculo o simplemente agregar más verduras a tu vida, entonces la preparación de comidas es el comienzo.
MANTENERLO SIMPLE
Lo más importante es que la preparación de la comida sea manejable, para que sea más probable que la sigas. Elegir algunas proteínas, verduras y almidones para cocinar. Comprá verduras y precortalas, para salteados o ensaladas guardándolas en bolsas para minimizar el tiempo de preparación.
HACÉ UNA LISTA DE COMPRAS CON ANTICIPACIÓN
Recordá incluir elementos como especias, adobos. Es posible que necesites comprar algunas frutas y verduras frescas a mitad de semana, pero aun así ahorrarás mucho tiempo.
LIMPIEZA MUY FÁCIL
Simplificá los procesos de preparación y limpieza con bolsas grandes para congelar. Podés mezclar los ingredientes en una bolsa y luego al empezar a cocinar terminar con condimentos. Lavá los platos sobre la marcha para que no te sientas abrumado por una gran pila en tu bacha.
HABILIDADES CON EL CUCHILLO.
Picá los ingredientes con anticipación y en trozos de tamaño similar para que todos se cocinen de manera uniforme. Tené en cuenta que es posible que deba cocinarse por separado: en comparación con las verduras fuertes como el brócoli, la coliflor y las zanahorias, las verduras más suaves como el zapallito o la calabaza que se cocinarán mucho más rápido a la misma temperatura. Si los ponés todos juntos en la misma sartén, puedes terminar con una mezcla de verduras quemadas y poco cocidas.
CONGELADO ESTÁ BIEN.
Las verduras congeladas son tan nutritivas como las versiones frescas. Simplemente colocá una mezcla de brócoli, coliflor y zanahorias en una bolsa para congelador, extraé todo el aire y tíralo al congelador. ¡Estás listo para la próxima preparación de comidas!
CONGELACIÓN Y RECALENTAMIENTO
Se puede congelar y recalentar comidas que ya has cocinado. Experimenta primero con algo pequeño si querés probar.
SEGURIDAD ALIMENTICIA
En general, los alimentos cocinados son seguros durante tres o cuatro días en la heladera. Si no los consumís en ese período de tiempo, podés congelarlos un par de meses. Usá un marcador borrable en tus recipientes preparados y un marcador permanente en todo lo que entre en el congelador para documentar la fecha en que se preparó o congeló. Además, cuando hayas terminado de preparar, los alimentos deben refrigerarse dentro de las dos horas posteriores a la preparación, pero idealmente de inmediato.
Al final del día, la mejor manera de preparar la comida es encontrar lo que funciona mejor para vos y divertirte mientras pruebas nuevos métodos y recetas.
¡Reíte y tomá fotos de tus errores de receta, porque todos los hemos tenido.!
Investigación de Vera Alaníz para TodoSalud
Fuente: www.betternutrition.com
