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ALIMENTOS QUE CURAN

REDUCIR EL RIESGO DE ENFERMEDADES

La comida ha demostrado ser más eficaz que los fármacos. ¿Y si a partir de ahora te recetaran espinacas?
Lo dijo Hipócrates antes de nacer Cristo: “Que la comida sea tu alimento, y el alimento la medicina”. Pero han tenido que transcurrir más de 2.400 años para que los más modernos hospitales prescribieran productos frescos a sus pacientes. Lo hacen alentados por algunas investigaciones
que apoyan la idea de que, cuando comen bien, las personas se mantienen más saludables, tienen más probabilidades de controlar las enfermedades crónicas y, tal vez, incluso de evitarlas por completo.
Obligados a comer sano por prescripción médica, descubrieron que alimentarse es el mejor seguro de vida.

NINGÚN ALIMENTO TIENE PODERES SOBRENATURALES
Si Hipócrates pronunció su célebre frase, fue para rechazar las muchas supersticiones que señalaban a las fuerzas divinas como causantes de los males. Sin embargo, al igual que sucedió entonces, la pregunta de si todo alimento es una medicina se ha perdido últimamente entre una avalancha de modas hasta culminar con departamentos de marketing comunicando en las redes hay “superalimentos” –a precio de oro– como que, por sí solos, proporcionan una “supersalud”, sin importar si todo lo demás hace mal. Pero no esperes que un único alimento (o un pequeño grupo) mejore tu salud significativamente. Esto es así por tres razones: porque es muy difícil individualizar la acción de un solo producto; porque debería consumirse a lo largo de muchísimos años para que realmente tuviera algún efecto, no durante pocos días o semanas, y porque la mayoría de los supuestos beneficios que proclaman se basan en experimentos realizados con ratones. Es decir, al margen de unas pocas investigaciones (como los trabajos realizados con miles de personas llevado a cabo durante años sobre los efectos del aceite de oliva virgen extra y los frutos secos en la
prevención de episodios cardiovasculares), son muy pocos los estudios que consiguen extraer conclusiones categóricas sobre las relaciones causa-efecto entre alimentos y curación de enfermedades.
A pesar de ello, en vista del lento progreso de los tratamientos farmacológicos en enfermedades relacionadas con la alimentación, como la diabetes tipo 2, trastornos coronarios, hipertensión etc., un número creciente de médicos y hospitales están poniendo el foco en la comida como antídoto.
“Hay indicios de que muchos de nosotros estamos hartos”, indica una nota salida recientemente en The Guardian en el artículo que aborda este tema, dice “un sistema médico en el que se utilizan medicamentos –no siempre eficazmente– para aliviar los síntomas de una mala dieta. ¿No sería mejor probar una forma de alimentarse que redujera, en primer lugar, las posibilidades de enfermar?”, preguntan. Mientras la calidad de vida está, en general, mejorando, las dietas están empeorando a pasos agigantados, a tal punto que lo que comemos ahora es una causa mayor de enfermedad y muerte que incluso el alcohol y el tabaco. Así, de lo que no hay duda es que al igual que comer apurado y mal, y abusar de los productos ultraprocesados lleva a medio plazo al padecimiento, comer bien, sabroso y sano, tanto en cantidad como en calidad, contribuye a gozar de mayor bienestar y a mantenerse lejos de los hospitales.

Para TodoSalud Vera Alaniz / Fuente: www.elpais.com

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